sábado, 4 de noviembre de 2017

LA ARAÑA


Ella estaba en el baño, encerrada, triste porque la vida le hizo un recordatorio. 

Esa mañana su hermana le dijo "mira, me picó una araña en mi pié". Ella le preguntó en qué momento y su hermana no lo sabía.


Pasó. Durante el día no tuvo pensamiento que tuviera que ver con el hombre que más deseaba en ese momento. Un hombre que no amaba, pero quería, que apreciaba pero amistosamente, pero que físicamente lo deseaba, oh si, lo deseaba como a nadie, ya que su rostro reflejaba dulzura, pero era tan bello que ella no podía evitar verlo y al mismo tiempo apartar la mirada a los 5 segundos. Su rostro la impactaba y su cuerpo la prendía. Y de alguna forma ella sabía que él también a ella, pero en el pasado ella sí se había enamorado, a diferencia de él; y esa fue la razón por la que no hubo nada, ni relación ni beso alguno, sólo dos manos entrelazadas, algunos abrazos y eso fue todo. Y el tiempo le hizo ver el por qué no se le dio esa oportunidad, y ese amor desapareció. Pero la amistad no, esa perduraba...al igual que la atracción y el deseo.


Pero ese día, ella se había rendido. No intentaría nada, absolutamente nada que fuera despertar en él esa atracción. Ella vio su foto, una donde sonreía (sonrisa que la volvía loca) y llevaba puesta una playera, la cual se alegraba y al mismo tiempo se entristecía de que nunca lo vio en vivo con ella, ya que esa playera resaltaba sus hombros, sus brazos y su pecho. Si ella lo viera con esa ropa, tal vez no podría controlar la tentación de tocarlo. 


Y mientras veía la imagen recordó como la gente le decía que con su personalidad seguridad ella podría conseguir lo que ella deseaba de él: un beso y/o una noche con él, sin que su amistad se arruinara. Pero Dios, ella se sentía tan chiquita, tan intimidada por esa cara tan angelical, que no podía. ¿Cómo conquistar con la mirada a alguien que no podía ver por más de cinco segundos? Un reto que sintió no poder lograr y por eso le suplicaba y le rezaba a Dios que la ayudara, que hiciera que la besara.


Por eso ese día dijo "¡Ya basta, me rindo! Quería invitarlo al parque de diversiones por su cumpleaños, pero seguramente no irá, y si va, llevará a alguien más, estoy segura, así que ¿para qué ilusionarme? si al finar me va a rechazar". Se levantó, apagó su computadora y entró al baño. 


No dejaba de pensar: "Dios, si me va a seguir dando enseñanzas de vida ese hombre, por favor que sea a distancia, porque es una verdadera tortura tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos, tenerlo en frente y no poder abrazarlo, ni besarlo".


En eso, vio cómo del espejo salía una araña, una criatura realmente impactante. No era de esas que tenía el torso grueso, era de esas patonas, cuyo cuerpo parecían dos cabezas de alfileres, pero sus patas son largas y delgadas como finos cabellos. Pero las patas de esa araña eran realmente largas y visibles (aunque fuera güera) y podía ver a detalle cómo se movían al caminar hacia el espejo. Ella quería gritarle a su madre para que fuera a matarla por ella, pero estaba dormida y por ende no podría hacerlo. Entonces pensó en salir corriendo del baño, pero recordó a su hermana a la que ya había picado y pensó "Si la dejo viva, picará a mi hermana otra vez... o a mí".


Sin apartar la vista de la araña, ella se agachó para tomar una sandalia (de las usa al salir de bañar). Se levantó, tragó saliva, y golpeó a la araña con la zuela de la sandalia. Al apartarla, vio que la araña seguía viva y retorciéndose. ¡Zaz! un segundo golpe. Vuelve a apartar la sandalia y ve que la araña seguía moviéndose, pero ahora más lentamente. Ella, asustada y nerviosa, toma con más fuerza la sandalia y da un último golpe, pero esta vez no la aparta al instante. Deja la sandalia sobre la araña por más tiempo, luego la arrastró con la misma fuera del espejo a la pared, esperando ver el cadáver al apartar la sandalia. Lentamente, aparta la sandalia de la pared esperando ver el cuerpo aplastado. Pero, ¡oh sorpresa!, su cuerpo se quedó en la sandalia. Sin voltear la sandalia hacia ella, la baja al lugar de donde la había agarrado y después sale del baño. 


Ustedes se preguntarán qué tiene que ver todo eso en relación. Pues ella, al salir del baño y al acostarse para dormir, se da cuenta que la vida le acababa de dar la respuesta. "Pero, ¿por qué?" piensa ella, y en eso todo empieza a tomar forma y relación: La araña era ese hombre, al igual que él, el físico de la araña la impactó, claro que con la criatura fue de forma repulsiva, pero impacto al fin y al cabo, igual que con el chico. Ella deseaba de la araña la muerte, así como deseaba del hombre sus besos y su cuerpo, pero le daba miedo que él la rechazara, que la araña le picara, así como a su hermana la picó, así como a sus ilusiones destruyó. Y por el miedo, le pedía a Dios que le ayudara, como a su madre que la auxiliara, porque sabía que no tendrían ningún problema al hacerlo, pero ellos no estaban disponibles. Así que pensó en huir, en dejarlo por la paz, así como se rindió y dejó por la paz a ese hombre que tanto deseaba tener. Pero pensó en sus deseos y en sus esperanzas, al igual que cuando pensó en su hermana, y al final, por eso, decidió enfrentarse para que no la vuelva a picar, para que no la vuelva a desilusionar. Y así fue como la vida la iluminó y ella eligió tomar más seguridad en su forma de ser, así como tomó con más fuerza esa sandalia; y se enfrentará a su miedo y a sus nervios, al igual que con ese ser. Tal vez al principio él se resista en el primer ataque y se retuerza como la araña en el primer golpe. Pero en el segundo ataque no pondrá tanta resistencia y no se "moverá" tan rápidamente. Y al final, cuando los nervios y la inseguridad la quieran dominar más, ella dará un tercer golpe y esta vez en él permanecerá y su cuerpo quedará en la sandalia, como el deseo de él por ella. Entonces lo habrá conseguido, el beso y cuerpo del hombre. Habrá conseguido, por fin, la muerte de la araña,